
Redacción/Sol Quintana Roo
Mérida.- Una peligrosa situación se vive en los cenotes de Yucatán, pues hasta el momento, aparte que nadie se hace responsable del desastre producido por cientos de medidores de luz que son arrojados a los cenotes, ninguna institución levanta la mano para recoger los desperdicios.
Un ejemplo es el cenote Chen Ha, ubicado en Kopomá, donde en dos ocasiones se han rescatado del fondo de sus aguas cientos de medidores de energía eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mismos que fueron arrojados durante años por razones que se desconocen y ante la apatía de los tres órdenes de gobierno, son activistas independientes los que continúan con su extracción.
Al respecto, el arqueólogo Sergio Grosjean señala que la CFE, a quienes les han entregado los medidos rescatados, les respondió que realizarían una investigación, pero todo ha quedado en palabras, ya que a pesar de las pruebas y evidencias, la dependencia simplemente les dio «el avión».
En este punto, no podemos evitar preguntar: ¿quién debería limpiar ese desastre que pone en riesgo la vida de la fauna y los humanos que consumen de una u otra forma esa agua?, ¿el gobierno federal ya sea por medio de la CFE (aparentes dueños de los medidores) o la Profepa?, ¿u otra instancia estatal o municipal?
Ante las preguntas planteadas por Sergio Grosjean, usuarios de redes sociales comentaron que cada medidor cuenta con una placa de identificación, donde está grabado su número, con ese dato la CFE puede identificar su procedencia, lo que sería suficiente para tratar de saber por qué están ahí, si les dieron de baja e, incluso, identificar al empleado irresponsable que los arrojó al cenote, un asunto que debe interesar a la CFE, ya que es su responsabilidad el destino final de cada artefacto.
Sin embargo, parece que a la empresa de clase mundial no le interesa dar con los responsables, ya que existen mil formas de saberlo, por lo que es probable que haya gente de alto nivel de la comisión involucrada. Grosjean agregó que lo importante ahora no es saber quién los arrojó, sino sacarlos, pero parece que ni una ni la otra le interesa a la CFE.
Incluso señalaron que la Profepa debería multar a la CFE y ordenarle que repare el daño (aunque lo dañado ya es irreversible), para que la dependencia limpie los cenotes y públicamente ofrezca una explicación del porqué están allá estos medidores.
Aunque en el plano de la previsión y prevención sólo cabe la posibilidad de “ejercer una supervisión integral”, los activistas no son partidarios de la “búsqueda de culpables”, pues solo acarrearía que paguen justos por pecadores. Además, ya existe “policía ecológica” en algunas poblaciones del Estado, aunque tampoco han ofrecido resultados.
Otros usuarios coincidieron en que los gastos derivados del saneamiento y limpieza del mencionado desastre le corresponden al municipio en donde se encuentre el cenote del que se extrajo. Y a los equipos que realizan las labores de limpieza, se les debería dar una justa remuneración por parte del Gobierno del Estado, ya que se trata de una mejora de la imagen y ecología de Yucatán.
Incluso se sugirió que se debería interponer una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR). Los daños, a su vez, deben de ser pagados por la CFE y la Profepa, además que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) también debería abrir una investigación para aportar los elementos y determinar el daño ecológico.
No hay que olvidar que la Semarnat tiene la autoridad para determinar los perjuicios, el costo e incluso las políticas para resarcir ese daño, así como para proceder hasta las últimas consecuencias contra los servidores públicos responsables por su acción u omisión, por lo que debería haber sanciones penales, económicas y administrativas.
“Este asunto es de índole federal aunque posiblemente existan algunas violaciones a leyes o reglamentos estatales o municipales, pero tanto por la materia del agua como por estar involucrada la CFE, esto es federal.”
Por otro lado, conviene enfatizar que el problema es mayor, pues aunque se proceda a la noble e inteligente labor de limpieza, falta hacer un estudio de la calidad del agua, pues existen metales pesados provenientes de esos instrumentos.
“No es cualquier tipo de basura, ojalá fuera óxido nada más, pero sabemos que el metal pesado es un potencial detonador de cáncer y otras enfermedades. Además, este lamentable descubrimiento podría repetirse en otros cenotes.”
Para finalizar, mientras alguien dice «esta boca es mía», Sergio Grosjean anunció que él y su equipo regresarán este viernes 22 de abril, en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, para seguir sacando estos medidores altamente contaminantes. Hay que señalar que estas actividades de restauración de los cenotes son por iniciativa personal y con recursos propios.