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Sin luces de Yensunni

Redacción/Sol Quintana Roo

Chetumal.– Mientras el municipio de Othón P. Blanco se sumerge en las penumbras, la alcaldesa Yensunni Martínez Hernández no muestra luces que indiquen una intención de resarcir esta situación, que ha sido de las problemáticas más notables en la actual Administración.

Por lo cual Sol Quintana Roo solicitó información que permita conocer más a fondo la realidad de puertas hacia adentro sobre el alumbrado público.

Tras los datos recabados, se pudo conocer que el tipo de focos que se adquieren para el servicio de alumbrado son de la marca Voltech E 40 tipo espiral de 85 W, los cuales tienen un costo entre $245.00 hasta $260.00.

Sin embargo, hasta el mes de diciembre no se había adquirido ni una sola unidad de estos focos, lo cual expondría la falta de compromiso con la solución de las deficiencias municipales.

Como muestra fue lo ocurrido en la alcaldía de Calderitas, donde la falta de respuesta por parte de la Presidenta Municipal, llevó a los habitantes a tener que comprar los focos para poder alumbrar las calles.

Puesto que varias comunidades han denunciado la falta de alumbrado público, entre las cuales destacan: Palmar, Morocoy, Xul-Ha y comunidades del Río Hondo; por mencionar algunas, ya que, en la cabecera municipal, la necesidad es más que obvia, ante esto la Edil simplemente desvía la mirada.

Para el ejercicio 2021, el municipio recibió 34 millones 423 mil 370 pesos, asignados a la Coordinación de Alumbrado Público, el cual, hasta diciembre del año pasado tenía como encargado a el C. Antonio Patrón Zárate, con un sueldo mensual neto de 11 mil 235 pesos.

Es de llamar la atención que el antes mencionado se desempeñó en el mismo puesto desde octubre de 2013, al cual ascendió sin aparente preparación, ni experiencia, pues según su C.V., estudió para ingeniero agrónomo con una especialidad en Edafología.

A pesar del largo recorrido del coordinador de Alumbrado Público, el problema de su área es algo persistente, pues las constantes demandas de la población dejaron en evidencia su carente desempeño.

En cuanto al cuestionamiento relacionado al mantenimiento de las luminarias, se obtuvo que, en el caso de la zona rural, se programa solamente dos veces al año, lo cual respondería al porqué del abandono de las comunidades, pues la cantidad de deficiencias sería imposible satisfacerla con tal agenda.

Por otra parte, en la zona urbana, se realizan recorridos diarios para la detección de fallos y en caso de ser necesario, realizar las reparaciones pertinentes, las cuales incluyen el cambio de luminarias.

Lo cual genera una paradoja, pues basta con solo asomarse a cualquier calle para identificar la precariedad del alumbrado, pero al haber recorridos diarios, ¿cuál sería la razón para la falta de detección de las averías en el servicio?, ¿o es que quizá dichos recorridos se hacen en horarios matutinos?, ya que no han podido ubicar fallos a pesar de que en un promedio siete de cada diez lámparas en distintas colonias presentan daños.

Yensunni Martínez Hernández ha responsabilizado a su antecesor de los vicios encontrados en el municipio, mas estos señalamientos se quedan en menciones sonoras, puesto que no existe actualmente alguna demanda en contra de Otoniel Segovia, a pesar de haber recibido 20 mil luminarias descompuestas.

Con respecto a los recursos destinados para dicha área, no sabe dar respuesta de cuánto recibió y en donde fueron implementados los poco más de 34 millones de pesos.

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